En la biblioteca de su escuela, un maestro descubrió el libro El Negro de París (Editorial Norma, Buenos Aires, 1997; Planeta, Buenos Aires, 2005), el único libro para niños de Osvaldo Soriano, periodista y escritor argentino.
Con El Negro de París es posible recrear la magia de los primeros encuentros de los chicos con los cuentos. Por eso, el maestro presentó la obra a sus chicos ("Encontré un libro de Osvaldo Soriano que me pareció muy lindo y...") y se la leyó. El relato de Soriano resulta demasiado extenso para leerlo de una sola vez; el maestro decidió desdoblarlo en tres sesiones de lectura en días consecutivos (para no romper el hechizo).
En la historia, el protagonista -un niño pequeño- y sus padres deben abandonar la Argentina en 1976 ya que sus vidas se ven amenazadas por la acción represiva del gobierno militar de ese momento.
Mientras leía El Negro de París , el maestro habló con los chicos de la dictadura militar (1976 - 1983) pues debían saber que el contexto histórico y político del relato era real. La familia del protagonista es una de las tantas familias que debió huir de la Argentina para salvar su vida en los años de la dictadura.
El destino del niño es París; allí, debe adaptarse a otro idioma, a otros compañeros, a otros barrios y a la ausencia de su gata Pulqui. Sin embargo, pronto, el padre y el niño consiguen al Negro: en medio del contexto realista que ofrece el cuento, este gato vulgar y maravilloso dialoga con el niño, lo guía hacia alturas insospechadas y lo ayuda a ver ¡el paisaje de Buenos Aires que él tanto extrañaba!.
"Poco a poco empecé a soñar con ese país misterioso y mío que mi papá y mi mamá me hacían revivir todas las noches. No era tan extraño y ajeno como el de Sandokán , ni tan fantástico como el de Tarzán, ni había en él islas con tesoros escondidos. Pero era el mío y, a veces, antes de dormirme, pensaba en cordilleras nevadas, tierras rojas, llanuras interminables y guardapolvos blancos".
Sin apartarse de la lectura del cuento, el maestro comentó las penurias de la persecución, de la falta de libertad y del exilio. Los chicos compartieron los sentimientos y vicisitudes del protagonista, tuvieron una gran experiencia de lectura compartida, conocieron un nuevo cuento y a un autor que hasta entonces no habían oído nombrar.
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