Les dejo un extracto de "Leer y escribir: El día a día en las aulas" de Ana María Kauffman (coord.) Aiqué.
Para analizar y extraer material para elaborar una secuencia sobre fábula:
PROYECTO: "FÁBULAS PARA LEER VOLANDO O PARA VOLAR LEYENDO"
Fundamentación
¿Trabajar con fábulas en el sigo XXI? ¿Leer fábulas de moralejas discutibles en los tiempos que corren? ¿Utilizar la lectura como un medio para moralizar?
Analicemos estos aspectos antes de centrarnos de lleno en este proyecto. Es necesario saber por qué enseñamos lo que enseñamos y por qué privilegiamos un género antes que otro.
Las fábulas son, según la Real Academia Española, "breves relatos ficticios, en prosa o en verso, con intención didáctica frecuentemente manifestada por una moraleja final y en la que pueden intervenir personas, animales y otros seres animados o inanimados". Sobre todo, se destacan las fábulas protagonizadas por animales humanizados, es decir, esquematizados de modo tal de representar en forma
sobresaliente un defecto o una virtud propia de los hombres. Así, por ejemplo, en numerosas oportunidades, la tortuga representa la perseverancia; el zorro, la astucia; el león, la fuerza y el poder.
Hablar de fábulas es entrar en una larga tradición. Se desconoce su origen, al igual que el de los cuentos tradicionales; ellos son de todos y de nadie, han pasado de cultura en cultura y de generación en generación y cada una de estas les ha otorgado su impronta propia. Las fábulas encierran un caudal de experiencia, de sabiduría, que se quiere transmitir a las generaciones posteriores. Han estado presentes tanto en Oriente como en Occidente. En la Antigüedad grecorromana, los esclavos pedagogos las emplearon para enseñar conducta ética a los niños. Esopo entre los griegos y Fedro entre los romanos plasmaron en las fábulas una visión del mundo y de la condición humana. No se sabe a ciencia cierta quién fue Esopo y si realmente existió.
Lo cierto es que se le atribuyen muchas fábulas, en las que luego abrevó la tradición posterior.
En la Edad Media, circulaban las colecciones de "eixemplos" utilizados por los sacerdotes en sus sermones, el más famoso fue el Disciplina clericalis. En el siglo XVIII, con la revitalización de la Antigüedad clásica, floreció nuevamente este género.
En Francia, nos encontramos con La Fontaine y en España con Iriarte y con Samaniego, quien en 1781 publicó sus Fábulas. El Romanticismo las dejó de lado y en la actualidad, son numerosos los escritores que las consideran para renovar su mensaje con ironías y sátiras políticas.
Introducir a nuestros alumnos en esta tradición no es desdeñable: saber de grandes escritores, conocer sus fuentes, atreverse a reinventar las historias que son de todos es un oportunidad para dominar parte del mundo de la cultura escrita.
Las fábulas buscan lograr la máxima eficacia expresiva con la menor cantidad de palabras y de recursos técnicos (Cardoso, 2001). Densas y breves en su origen, se nos presentan también con un estilo moderno en el que el diálogo ocupa un lugar preponderante. Por esto, ellas constituyen un texto privilegiado para trabajar con nuestros alumnos la inclusión de diálogos y su expansión con elementos descriptivos.
Al mostrarles distintas adaptaciones de una misma historia, podremos incentivarlos a escribir su propia versión. Intercambiar opiniones sobre sus moralejas invita a que ellos desarrollen la capacidad crítica para analizar en profundidad una idea, para discutirla y llegar a una conclusión.
Desarrollo del proyecto
Definir el texto final, propósitos, destinatarios
La primera tarea del docente es plantear a los alumnos el proyecto sobre el que se va a trabajar y cuál será el producto final, buscando despertar el interés de los chicos:
"He pensado que la mejor manera de empezar este año es escribiendo fábulas con el propósito de donar un libro a la biblioteca de la escuela y regalar otro al 4.° año en el que yo trabajo por las tardes. Ellos, a su vez, escribirán un libro para ustedes. El Día del Niño realizaremos una representación teatral...".
En el caso de que otros años de la escuela formen parte del mismo proyecto, el docente explicará qué parte de él aborda cada uno: "Compartiremos este proyecto con los chicos de todo el Primer Ciclo. A cada año, le corresponde trabajar una fábula diferente...".
Es interesante discutir con los alumnos el hecho de que se haya privilegiado este texto por sobre otros, es decir, por qué se considera valioso que los chicos conozcan fábulas y las escriban.
Finalmente, se invita a los alumnos a un nombre sugerente para el proyecto.
Acordar la agenda de trabajo
Un momento sumamente importante en la puesta en funcionamiento de un proyecto es el acordar con los alumnos una agenda de trabajo. El maestro debe tener presente cuáles son los pasos fundamentales que se deben seguir para arribar a buen puerto y cuánto tiempo semanal dedicará al proyecto. Sin embargo, desafía a sus alumnos a imaginar caminos posibles para concretarlo, de modo tal de hacerlos partícipes y
responsables del plan de trabajo: "Si queremos escribir un libro de fábulas, ¿qué les parece a ustedes que es lo primero que tenemos que hacer?... He considerado que lo más apropiado sería que todos los miércoles dediquemos dos horas al proyecto...".
La planificación tentativa debe quedar consignada en un papel afiche en el salón. En un aula de 4° A de una escuela PEF en la que se efectuó este proyecto, el afiche era el siguiente.
FÁBULAS PARA LEER VOLANDO O PARA VOLAR LEYENDO
Fecha de inicio: abril 2006.
Fecha de cierre: agosto 2006.
Producto final: Antología de fábulas para las bibliotecas de aula
de los dos 4° y para la biblioteca de la escuela.
Etapas previstas:
1. Leemos muchas fábulas: las buscamos en la biblioteca, en casa y en Internet.
2. Comparamos distintas versiones de una misma fábula.
3. Nos organizamos en grupos, y cada uno elige una fábula de las que leímos.
4. Escribimos nuestra versión.
5. La revisamos, corregimos, corregimos y corregimos.
6. Rasamos el texto en limpio y lo ilustramos.
7. Confeccionamos la carátula y el índice.
8. Escribimos una introducción.
9. Confeccionamos la tapa y la contratapa con la ayuda de la maestra de Plástica.
10. Invitamos a nuestras familias para el día en que entreguemos el libro a 4° B y a la biblioteca de la escuela.
La clase siguiente se entrega a los alumnos una versión de "La cigarra y la hormiga", de Graciela Repún, y se les pide que completen un cuadro que compare este texto con el original leído días anteriores. A continuación, incluimos una sugerencia para elaborar dicho cuadro.
| Jean de La Fontaine | Graciela Repún |
Inicio | Presentación de la cigarra en invierno y sin comida. | Presentación de la hormiga en su casa, en el invierno. |
Caracterización de la hormiga | Laboriosa, previsora y egoísta. | Laboriosa, previsora y solidaria. |
Caracterización de la cigarra | Imprudente y vaga. | Imprudente y alegre. |
Cierre | La hormiga no auxilia a la cigarra y le enseña a ser previsora. | La hormiga comparte su comida y le enseña a ser solidaria. |
En la tercera clase, la docente reparte a cada pareja una copia de las versiones de la misma fábula, recreadas por Oche Califa y por José B. Monteiro Lobato.
La versión de Oche Califa modifica un aspecto central de la historia: cuando llega el invierno, el problema no lo tiene la cigarra sino la hormiga, porque "un fuerte ventarrón levantó la tierra de la cueva de la hormiguita y desparramó por todos lados su alimento". La versión de Monteiro Lobato, cuyo nombre es "La hormiga buena", respeta la situación desvalida de la cigarra en el invierno tal como se narra en la fábula de La Fontaine, pero cambia sustantivamente la respuesta de la hormiga ante su pedido de ayuda: "Nunca podremos olvidar las buenas horas que nos proporcionó tu canto. Nos distraía y aliviaba en el trabajo. (...) Entra, amiguita, que aquí tendrás cama y mesa durante el mal tiempo".
Cuando los alumnos finalizan la lectura, la maestra propone incluir esta información en el cuadro comparativo que habían elaborado la clase anterior:
| Oche Califa | José B. Monteiro lobato |
Inicio | Comienza con una pregunta que supone que el lector conoce la fábula de La Fontaine. | Había una vez... |
Caracterización de la hormiga | Laboriosa, previsora. | Laboriosa, previsora y solidaria. |
Caracterización de la cigarra | Solidaria. | Imprudente. |
Cierre | La hormiga y la cigarra se ayudan mutuamente. | La hormiga reconoce la belleza de la música de la cigarra. |
Se espera que los niños logren advertir las diferentes intencionalidades de los autores al caracterizar los personajes y narrar la historia.
Los finales diferentes implican mensajes distintos que llegan, incluso, a ser a antitéticos.
Elaboración de borradores
Los alumnos se organizan en grupos, y cada uno elige una de las fábulas consignadas en el afiche. Comienzan a planificar las características que tendrá la versión que van a elaborar y escriben un primer borrador. Es importante que todos participen. Si el trabajo se realiza en años superiores, se recomienda que, en un comienzo, cada uno escriba su propia versión en forma individual. De este modo, se
consigue un registro del nivel de escritura de cada uno. En un segundo momento, los
alumnos forman pequeños grupos y esos textos iniciales son transformados en versiones grupales que serán revisadas y corregidas hasta constituir textos lo más acabados que sea posible.
Con niños muy pequeños, ha resultado una opción enriquecedora que, al terminar la primera versión, la entreguen al docente a fin de que la pase en limpio para la clase siguiente. Esto facilita mucho que los niños la revisen. En el caso de los alumnos mayores, ellos mismos pueden realizar esta tarea en computadora o en forma manual.
El docente selecciona un fragmento de una de las fábulas para trabajar sobre él algún aspecto textual que haya decidido profundizar. Por ejemplo, un grupo escribió el borrador que se transcribe a continuación.
Primer texto: borrador de los alumnos:
Había una vez una hormiga que trabajaba mucho juntando comida. Era verano y la cigarra cantaba y
cantaba.
Llegó el invierno y la cigarra no tenía nada para comer.
Entonces, fue a la casa de la hormiga, tocó a la puerta, salió la hormiga y la cigarra le pidió que le diera algo para comer. La hormiga le preguntó qué había hecho durante el verano. La cigarra le contestó que estuvo cantando y la hormiga le dijo que entonces ahora tenía que bailar.
Resulta llamativo que hayan escrito una versión propia tan ajustada a la de La Fontaine. La maestra no se centró en ese dato, sino que decidió proponer a todos los alumnos una situación que involucrara la reflexión acerca de las diferentes maneras en que los personajes pueden hablar entre ellos. Para eso, entregó copias con ese borrador y otras dos versiones: una, en la que se reemplazaba el discurso indirecto
que ellos habían utilizado por un diálogo en estilo directo y otra en la que la fábula estaba en versión teatral. Les pidió que las leyeran y compararan.
Segundo texto: versión con diálogo directo:
Había una vez una hormiga que trabajaba mucho juntando comida. Era verano y la cigarra cantaba y
cantaba.
Llegó el invierno y la cigarra no tenía nada para comer.
Entonces, fue a la casa de la hormiga y tocó la puerta.
La hormiga abrió. —Por favor, hace mucho frío, ¿no me podría dar algo para comer? — suplicó tiritando.
—¿Qué hiciste durante el verano? —respondió la hormiga indignada.
—Estuve cantando todo el tiempo —contestó la cigarra.
—¡Entonces, ahora baila! —le replicó la hormiga. Y cerró la puerta.
Tercer texto: versión teatral:
(Invierno. Campo nevado. Una cigarra temblorosa se acerca a la puerta de la casa de la hormiga y toca a la puerta. La hormiga abre).
Cigarra (tiritando). —Por favor, estoy muriendo de frío y de hambre, necesito comer algo, ¿no tendría nada para darme?
Hormiga (indignada). —Yo, en el verano, trabajé y trabajé. ¿Qué hizo usted en ese tiempo?
Cigarra. —Yo canté y canté.
Hormiga (dando un portazo mientras gritaba). —¡Si antes cantó, ahora puede bailar!
Maestra:— Lean los textos de a dos y discutan qué diferencias encuentran entre ellos.
Juan:— En este (señalando el primer texto) te lo cuentan, y en esta (señalando el texto teatral), te lo dicen.
Maestra:— A ver, ¿qué querés decir con que te lo dicen?
Juan:— La cigarra y la hormiga hablan.
Maestra:— Y en la primera, ¿no hablan?
Valeria:— ¡Sí!
Tomás:— No, no hablan ellos, te lo decimos nosotros. Maestra:— ¿Les parece que podríamos decir que, en nuestra versión, nosotros contamos lo que dijeron y, en la última, los personajes hablan por sí mismos?
Muchos:— ¡Sí!
Maestra:— Pero nadie ha dicho nada sobre el segundo texto que les entregué, ¿qué diferencia o semejanza notan? ¿Los personajes hablan por sí mismos o alguien cuenta
lo que pasó? Quimey:— Es igual a la nuestra...
Maestra:— Es cierto que son parecidas pero, ¿no notan alguna diferencia?
Milagros:— Ahí se cuenta la fábula... pero los animales también hablan.
Maestra:— ¡Muy bien! Se dieron cuenta de todo... En realidad, el segundo texto es la misma fábula, pero con diálogos de los personajes y el tercero está escrito para que se represente como una obra de teatro.
Así, con la indagación, se van trabajando las diferentes maneras de introducir el diálogo en un texto narrativo. Es importante que esta sistematización derive en un cuadro que quede consignado en las carpetas de los alumnos para que puedan recurrir a él cuando lo necesiten.
Estilo directo -Estilo indirecto-
‐ Aparición de las voces de los personajes sin introducir modificaciones, es decir, el lector "escucha" lo que dicen los personajes.
‐ Los parlamentos (lo que dicen los personajes) están introducidos por la raya de diálogo.
‐ Es frecuente que aparezcan signos de interrogación y exclamación.
Ejemplo:
—¡Vení inmediatamente! —dijo Susana.
‐ El narrador cuenta lo que dijeron los personajes.
‐ Aparecen con menos frecuencia los signos de entonación.
‐ Es importante respetar la concordancia verbal.
Ejemplo:
Susana le dijo que fuera inmediatamente.
La profundidad con la que se trabajen los diferentes aspectos textuales y gramaticales dependerá del año en el que se esté realizando el proyecto. Por ejemplo, el uso de los tiempos verbales en el discurso indirecto es un tema que se debe trabajar y sistematizar en los años superiores.
Después de la reflexión, se regresa al texto original escrito por los alumnos, a fin de que, a la luz de los conocimientos adquiridos, puedan mejorar la primera versión.
• Producción del texto final
Cuando se ha arribado a una versión lo suficientemente mejorada, llegó el momento de pasar el texto en limpio, de espacial izarlo y de ilustrarlo. Debemos tener en cuenta que la revisión ortográfica debe ser la última a fin de evitar malgastar energías en versiones que, probablemente, se desechen. Por último, se confecciona una carátula, un índice, se escribe una presentación, y se confeccionan las tapas y las
contratapas.
Presentación pública del proyecto
La presentación pública del proyecto tiene una gran importancia. Es una excelente oportunidad para concretar la entrega a los destinatarios que, hasta ese momento, eran virtuales y para compartir con ellos y, tal vez, con las familias, el proceso recorrido. Como se comenta en otros proyectos de este capítulo, es muy productivo que los alumnos cuenten la manera en que trabajaron y llegaron al producto final.
Incluso, pueden preparar afiches ilustrativos para la ocasión.
Bibliografía recomendada
Cardoso, Heber (2001): Fábulas de Esopo. Bs. As.: Colihue.
Kaufman, Ana María (2004): El nuevo multicuaderno /. Bs. As.: Santillana.
Repún, Graciela (2000): "La cigarra y la hormiga", en Libromanía 3. Bs. As.: Santillana.
Serrano, María de los Ángeles (2004): Caminos de la fábula. Antología. Bs. As.:Colihue.
Soriano, Marc (1999): La literatura para niños y jóvenes. Bs. As.: Colihue.
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